Que este país, tras un período de calma más o menos estable entre los ochenta y noventa, ha vuelto a resquebrajarse en dos es ya hoy una realidad. La grieta que las separa (aunque debería decir abismo) puede verse a lo lejos, a kilómetros de distancia, desde la estratosfera diría yo; bueno, diría, mejor dicho, el filósofo Emilio Lledó, según me confesó hace unos años. Uno, que ha leído de casualidad algunas cosillas sobre los orígenes del golpe de Estado y posterior Guerra Civil (termino que nunca me acaba de convencer, porque lo que se perpetró fue más bien un genocidio), no puede perder la oportunidad de soslayar que esta deriva está succionando el cerebro de millares de ignorantes iletrados y poco leídos que se dejan llevar por una corriente ficticia de irrealidades solo elucubradas por quienes tienen mala leche, poca profesionalidad y mucha imaginación para inventar noticias, si no tergiversarlas, para que parezcan lo que no es. Y ya sabemos lo que les pasa a los camarones que se d...
Blog personal de Daniel Moscugat. Cultura en general. Literatura en particular. Expansión creativa.