La vida me llevó a deambular de aquí para allá en la búsqueda incesante de algún eco que la eternidad hubiera reservado para mí. Aquel ejercicio de rastreo me llevó a vivir situaciones inverosímiles que me enseñaron a guardar distancias y verlo todo con cierta perspectiva angular, con afectación en las vidas de los demás, pero nunca supe cuál cambiaría la mía. Hasta que un extraño timbre agitó cada partícula de mi ser para que regresara a mis orígenes. Y regresé sin pensarlo un momento. En cierto modo, cabizbajo por dejar las ascuas de mi propósito en el camino y dejar así que la vida fluyese como tal. Me acomodé en pleno centro histórico, una rúa que respira gratitud, desprende nostalgia, pero el estado de abandono que sufría le infería un aspecto decrépito, en cierto modo perlado de goticismo. Afortunadamente, entre los comerciantes y vecinos de la zona, con la obligada aportación del consistorio viendo que le comían la tostada, comenzó a recuperar un poco del lustre...
Blog personal de Daniel Moscugat. Cultura en general. Literatura en particular. Expansión creativa.
Magníficas! 👏👏👏
ResponderEliminar¡¡Gracias!! 🥰
EliminarUna auténtica maravilla👏👏👏👏
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