práctico y ameno, traviesa mirada
de dulce nostalgia, lenta escalada
por algún pensamiento extrovertido.
Piel nacarada de tránsito ajeno
que recorre su alma de piel lacrada
y sonríe al viento su mascarada,
rostro anguloso de dulce veneno:
un momento: burbujas y color;
una sonrisa: carne de cañón;
una mirada: la luz de una flor;
en un gesto, quiebro de cartabón;
sin su presencia huye el buen humor
y en sus labios sal, tequila y limón.
(Del poemario inédito La velocidad del olvido).
© Daniel Moscugat, 1995; 2025. Todos los derechos reservados.
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