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LAS SOMBRAS DE LA CAVERNA

(Grabado de Jan Pieterszoon Saenredam ) El grabado que arriba expongo, cuyo autor es el manierista Jan Pieterszoon Saenredam, muestra muy gráficamente la disertación que escribió Platón en el libro VII de La República sobre lo que algunos llaman equívocamente   «el mito de la caverna» , y que en realidad es una alegoría. Mi intención es proyectar la atención, como si de un grabado se tratase, hacia la realidad que existe tras el muro que separa las sombras publicitarias de la realidad, una realidad que está copada por la infame sombra del capitalismo que nos empuja a consumir de forma compulsiva, cada vez con mayor voracidad. Creemos esas sombras a pie juntillas o las adoptamos como verdad y, más allá de lo visible, la realidad adquiere en ocasiones tintes abigarrados. Las hemos aceptado sin más y asumimos como parte de nuestra idiosincrasia. No significa esto que vayamos a ser capaces de «asesinar» a quien quiera mostrarnos la verdad. Aunque suele suceder que hablar de estos hech...
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EL CAFÉ

Cada día despertaba con el ansia de un café, le predecía el día. No desayunaba nada más que una taza de café solo. «Me da la vida», decía. El resto del día lo invertía en una lucha constante con el trajín diario que ya vaticinaba antes de salir por la puerta: un trayecto en bus de ida y vuelta, otro café para revitalizar la vida, una jornada laboral exhausta, una ducha reconfortante, un beso, una ensalada... un café para soñar, hasta la mañana siguiente.  Un día, la visita al médico le dejó un recado demoledor: «Tiene que dejar de tomar café». Al día siguiente, cambió el café por un tazón de Cola Cao. Ya no hubo predicciones. Entonces fue cuando comprendió que moriría en cualquier momento, sin saber cuándo. © Daniel Moscugat, 2025.  Todos los derechos reservados.

NOTA DEL EDITOR: EL EMPERADOR DEL HAMBRE

Para poder establecer una semblanza de lo que el lector está a punto de leer es necesario hacer un repaso sucinto a la Europa de hace siglo y medio, dado que eso nos hará comprender muy bien el porqué de la exposición que nos hace aquí Aldo Ares con El emperador del hambre . Esos países que hoy son el motor de la economía de la Unión Europea, antaño andaban enfrascados en una revolución industrial, y con excitación ardían en deseos de expandir su política económica a los confines de la tierra. Pusieron sus garras en África. Bélgica, Francia, Inglaterra, Alemania, Portugal y (por poco, pero también) España prepararon su desembarco febril para la ocupación y reparto del territorio africano y se pusieron manos a la obra para un expolio jamás perpetrado en la historia de la humanidad con otras civilizaciones. Un capítulo histórico al que habría que prestarle obligada atención en colegios, institutos y universidades, pero que cada vez con mayor ahínco tratamos de solapar, silenciar o inclu...

LAS DOS ESPAÑAS

Que este país, tras un período de calma más o menos estable entre los ochenta y noventa, ha vuelto a resquebrajarse en dos es ya hoy una realidad. La grieta que las separa (aunque debería decir abismo) puede verse a lo lejos, a kilómetros de distancia, desde la estratosfera diría yo; bueno, diría, mejor dicho, el filósofo Emilio Lledó, según me confesó hace unos años. Uno, que ha leído de casualidad algunas cosillas sobre los orígenes del golpe de Estado y posterior Guerra Civil (término que nunca me acaba de convencer, porque lo que se perpetró fue más bien un genocidio), no puede perder la oportunidad de soslayar que esta deriva está succionando el cerebro de millares de ignorantes iletrados y poco leídos que se dejan llevar por una corriente ficticia de irrealidades solo elucubradas por quienes tienen mala leche, poca profesionalidad y mucha imaginación para inventar noticias, si no tergiversarlas, para que parezcan lo que no es. Y ya sabemos lo que les pasa a los camarones que se d...

VERGÜENZA Y DECLIVE DE EUROPA

Lo que  son las cosas. Acabo de leer que el presidente de un mass media, uno de los grupos editoriales más importantes de este país, tiene la desvergüenza de decir en público, casi a voz en grito, que «Los medios ayudamos a que funcionen la democracia y la economía»; lo que no ha dicho es el cómo, claro. Me explico. Hubo un tiempo en que la prensa fue para mí un icónico adalid de libertad de expresión y de defensa de la verdad. El cuarto poder la han llamado siempre. Hoy, la efervescencia del minuto y resultado cada segundo en las redes sociales nos empuja de forma involuntaria a masticar información en todo momento y de forma compulsiva, sin cocer y dando por hecho la obligación a ser crudiveganos de la información. El resultado son muy malas digestiones y una falta de perspectiva real de las cosas distorsionadas. Más que información yo lo llamo complacencia con quien les paga, o con quien gobierna, o ambas a la vez. Y es que el abajo firmante echa de menos ese periodismo de pluma...